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BLOWN AWAY
You are like a hurricane
There’s calm in your eye
And I’m getting blown away
To somewhere safer where the feeling stays
I want to love you but I’m get so blown away.
-Like a hurricane, Neil Young
Luna llena: hermosa noche para morir,
pienso mientras expulso el humo de mis pulmones y se desvanece en el aire. Por cada soplo le envió una ración de mi ira porque no puedo hacer nada más. Mis lágrimas se van con la corriente de agua sucia del río que desfila justo debajo del puente donde estoy parado.
Ahí voy a dar.
La corriente me arrastrará hasta el mar y terminare durmiendo con los peces, pues la mafia de su desprecio me orilla a esto.
¿Demasiado melodramático?
Pónganse en mis zapatos para que sientan esto que me devora las entrañas y pide a gritos que lo libere; esta nausea.
Escupo, no puedo retenerlo. Ahí mismo vuelvo el estómago. Me limpio este líquido baboso de la boca y volteo al cielo en busca de una señal… Una señ… ¡Ahí va!
Una estrella fugaz
pasa sobre de mi cabeza.
(¡Coincidencia, de verdad! No crean que lo agregué para embellecer la escena.)
Y como es debido, cierro los ojos y pienso un deseo…
…deseo que encuentres un motivo para sonreírle a la vida, motivo que no viste en mí y acabas de arrancarme; no te hundas en pensamientos y sé feliz. Simplemente eso: Sé feliz. Si su felicidad reside en una vida solitaria, adelante, que sea mi invitada. Pero yo no. Yo no puedo aguantar esta miseria de tiempo solo.
Y por eso, damas y caballeros:
¡Voy a saltar!
Ya está decidido. No desistiré…
Atrás lectores, atrás…
No se atrevan a detenerme, ni mucho menos piensen en darme sermones sobre lo “hermosa” que es la vida y lo patético que soy.
Posiblemente algo me pueda parar: Su mano sobre mi hombro… Sus labios contra los míos… Su cuerpo apretado…
Si te preocupo, querido lector: Ten piedad. Sé Dios en este momento, conviértete en Zeus y toma su bendita figura de barro y plántala detrás de mí…
Silencio total.
Gracias…
El cuerpo cae en cámara lenta. Choca contra el río. Se descompone en millones de moléculas que se desvanecen en el aire como el humo de un cigarrillo. Algunas de ellas vuelan hacia la casa de la causante de tal desgracia y se introducen por la ventana.
La mujer percibe ese polvo extraño. Estornuda. ¡Qué frío!, dice mientras se levanta y cierra el armazón. Ella contempla la luna llena: Hermosa noche para entregarse a otro, piensa. Una voz masculina le ruega que vuelva a la cama.